lunes, 8 de marzo de 2010

La experiencia de Granada.

Fue total. La llegada de Aminetu Haidar al Salón de Actos de la Facultad de Ciencias provocó una explosión de júbilo entre los asistentes mientras los periodistas se la comían a flashes. La emoción era notablemente visible entre la gente.
Gracias a Aminetu Haidar la Causa Saharaui está tomando mucha fuerza en los últimos meses. Todos los actos han servido para renovar y fortalecer el compromiso con la causa saharaui. Finalmente los vergonzosos acuerdos entre la Unión Europea y Marruecos se firmaron. No hay duda, los intereses económicos imperan sobre los DDHH. Confieso que estoy siendo preso de una fuerte e incómoda sensación de impotencia frente a la injusticia que se está cometiendo con el Pueblo Saharaui y más sabiendo que en realidad todo se debe a la debilidad del Polisario ya que no tiene un poderío militar como el que tienen los marroquíes. El único pecado del Pueblo Saharaui reside en su existencia como pueblo en un territorio con unos recursos naturales y en haber sido colonizado por una potencia tan débil en aquel entonces como España y que no tuvo agallas para hacer frente al chantaje del régimen marroquí para llevar acabo adecuadamente el proceso de descolonización tal como estipulaba la ONU (y sigue sin poder hacerlo, véase Caso Haidar). Ahora más que nunca estoy convencido de que la única solución al problema es encontrar la forma de ser más fuertes que Marruecos para obligarle –del modo que sea- a que deje de pisotear los derechos de los saharaui y salga (por las buenas o por las malas) del Sáhara Occidental.